En este episodio puedes escuchar un diálogo en español. Isabel y Jorge han vuelto de las vacaciones y tienen una conversación sobre lo que han hecho durante esos días. Hay otros diálogos relacionados con este y que hablan sobre temas parecidos, puede que te interese escucharlos. Se trata de: las vacaciones de Isabel y Jorge y en la agencia de viajes.
Isabel: Bueno, Jorge, ¿qué tal las vacaciones por Santander?
Jorge: Muy bien, estupendas. La gente allí ha sido muy agradable y atenta. He visitado muchos sitios.
Isabel: ¿Ah, sí? ¿Qué has visitado?
Jorge: Pues a parte de los museos y demás edificios conocidos de la propia ciudad, ha habido algún día que he cogido el coche y me he ido a pueblos cercanos. Pasé un día estupendo en uno que se llama Comillas. ¿Sabes dónde está?
Isabel: Sí, yo también lo conozco. No está muy lejos de Santander. Es un sitio bastante bonito y cuidado. Supongo que también habrás estado en la sierra, ¿no?
Jorge: No te equivocas. Ya sabes lo que me gusta pasear por las montañas, hacer senderismo…Y tú, ¿qué tal por Chipiona? Te veo muy morenita ¿Qué tal te ha ido trabajando?
Isabel: Bien, aunque ha habido muchísimo trabajo. Había momentos en los que no daba abasto. Pero, también he tenido tiempo para descansar en la playa. De ahí, que me veas morena.
Jorge: ¿Había mucho turismo por allí?
Isabel: Una barbaridad, el mes de julio más o menos ha sido tranquilo, pero en agosto el pueblo se llenó por completo de turistas. Ya sabes, a la mayoría de la gente le dan las vacaciones en agosto y es el mes que tienen para salir fuera. Pero, bueno, ha estado bien. Y lo mejor de todo, he ganado un dinerillo trabajando en la heladería.
Jorge: En Chipiona también habrá mucho ambiente juvenil y fiestero, ¿no?
Isabel: Muchísimo.
Jorge: Me suena que hay discotecas por allí.
Isabel: ¿Discotecas? Sí, unas cuantas. Algunos días, salía pronto por la mañana a dar un paseo y veía muchísimos chicos que acababan de salir de una. Muchos de los pubs de la playa no cerraban hasta las 5 de la mañana.
Jorge: Hombre, pues a quien le guste salir de noche, es un lugar excelente para pasárselo a lo grande.
Isabel: Ni que lo digas. Reconozco que ha habido algún sábado que por la noche he salido a tomar algo por ahí, pero en plan un poco más tranquilo. Que ya sabes que yo hace años que no salgo mucho de fiesta hasta altas horas de la madrugada.
Jorge: Bien que hiciste. Para unos días que has tenido libres, los has aprovechado bien. Bueno, ahora que ha llegado el final del verano y hemos vuelto a Madrid tendremos que volver a la rutina.
Isabel: Qué remedio. Otra vez con las mismas obligaciones del día a día.
Jorge: Siempre nos quedará recordar los buenos momentos del verano.
Isabel: Sí, pero es una lástima que se acabe el calor y volvamos a ponernos el abrigo dentro de nada.
Jorge: Venga, que el otoño también tiene cosas positivas. Verás que bonito se pone Madrid con la caída de las hojas.
Durante el episodio de hoy, hemos escuchado la expresión “dar abasto”. Vamos a volver a escuchar el momento en el que Isabel responde a Jorge sobre qué tal le ha ido el trabajo.
Jorge: Y tú, ¿qué tal por Chipiona? Te veo muy morenita ¿Qué tal te ha ido todo trabajando?
Isabel: Bien, aunque ha habido muchísimo trabajo. Había momentos en los que no daba abasto.
¿Qué significa “dar abasto”?
Cuando alguien “no da abasto” quiere decir que la carga de trabajo es tan grande que no tiene un momento para descansar. Es decir, que hay tantas tareas por hacer que no hay suficiente tiempo para realizarlas todas de una manera cómoda o relajada.
La expresión coloquial “Dar abasto” se suele emplear muy a menudo en España para expresar situaciones en las que hay muchas cosas por hacer o resolver en un tiempo bastante limitado. Para que lo entendáis mejor os vamos a poner un ejemplo.
Imagina que estás trabajando en una empresa que fabrica ropa. De momento, tú eres el único empleado. Un día te llama un cliente muy importante para hacerte un pedido urgente que debe estar terminado y entregado al día siguiente. Ya de por sí, tienes mucho trabajo que hacer, porque hay abundante ropa que debes coser. De repente, te das cuenta de que no hay suficiente tela en el almacén para fabricar toda la ropa, así que tienes que ir a comprar existencias a otra empresa lo antes posible. Al poco, te llama otro cliente para hacerte otro encargo importante al que tampoco te puedes negar. El teléfono no para de sonar. El tiempo cada vez es más escaso y se te acumulan las tareas. En ese caso dirías que ese día “no das abasto”.
Debéis tener cuidado al escribir “Dar abasto”, porque encontraréis multitud de textos en los que la expresión está mal escrita. “Dar abasto” está formada por 2 palabras: el verbo dar y el sustantivo abasto que significa provisión de cosas necesarias. Sin embargo, es frecuente que la gente escriba la expresión utilizando 3 palabras: Dar a basto, pero esto es completamente erróneo. La forma correcta de escribirlo es “Dar abasto”. Tampoco os preocupéis en exceso si cometéis este tipo de errores porque incluso los españoles nativos tendemos a escribirlo mal. Es un error muy común.
Ahora vamos a conjugar la expresión en presente de indicativo. Prestad atención y repetid después de mÍ:
Yo no doy abasto con tanto trabajo…
Tú no das abasto con tanto trabajo…
Él no da abasto con tanto trabajo…
Nosotros no damos abasto con tanto trabajo…
Vosotros no dais abasto con tanto trabajo…
Ellos no dan abasto con tanto trabajo…
Bien, esto todo por hoy. Esperamos que os haya sido útil este podcast. Si tenéis alguna duda, poneros en contacto con nosotros e intentaremos resolverla. Mucho ánimo y hasta pronto.
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