En este episodio puedes escuchar un diálogo entre Isabel y Jorge. En él hablan sobre el frío que hace. En España, en invierno, hace mucho frío en algunas regiones. Durante su conversación escucharás la expresión “hace un frío de mil demonios”. Te explicamos qué significa y también hablamos sobre otras expresiones que utilizan una forma parecida.
Isabel: Uff, qué frío
Jorge: Tampoco es para tanto.
Isabel: ¿Cómo que no? Estamos a 2 grados bajo cero . Hace un frío de mil demonios.
Jorge: Otras veces ha hecho mucho más frío que hoy.
Isabel: Pero de eso hace ya mucho tiempo, y el cuerpo ya no está acostumbrado al frío de hace años.
Jorge: Lo que ocurre es que no te has abrigado lo suficiente.
Isabel: No, no es cierto. Hoy me he abrigado bastante.
Jorge: ¿Cuánto te has abrigado?
Isabel: Pues, llevo una camiseta de manga corta interior, otra camiseta de manga larga, un jersey grueso de lana y el abrigo. Y en las piernas llevo unas medias debajo del pantalón.
Jorge: Pues sí que vas abrigada, tanto o más que yo.
Isabel: ¿Han dicho algo sobre si van a subir las temperaturas los próximos días?
Jorge: Esta mañana leí en el periódico que seguiremos a bajo cero durante todo lo que queda de semana.
Isabel: Y, ¿has leído algo sobre si va a nevar?
Jorge: No, no ponía nada sobre eso.
Isabel: Vaya, con el frío que hace, si al menos nevara, tendríamos un paisaje bonito. Ya no nieva como antes.
Jorge: Sí, tienes razón. Cuando éramos pequeños todos los inviernos había nevadas. Desde hace unos años es raro que nieve, pero es que entonces hacía mucho más frío que ahora.
Isabel: Llegábamos a tener una temperatura de 10 grados bajo cero. No estoy segura de que en estos momentos pudiese aguantar esa temperatura. Mira lo abrigada que voy y estoy temblando de frío.
Jorge: Eso es porque entonces estábamos habituados a tener esas temperaturas tan bajas. A lo largo de estos años los inviernos se han ido suavizando más y más cada año.
Isabel: Pues, sea como sea. Necesito tomar algo caliente.
Jorge: ¿Qué tal si entramos en una chocolatería?
Isabel: ¡Genial! Tengo ganas tomarme un buen tazón de chocolate caliente. Umm, ¡qué rico!
Jorge: Vamos a buscar ahora mismo una.
Hoy, Isabel y Jorge hablan sobre las temperaturas y el frío. Durante la conversación Isabel le comenta a Jorge que “hace un frío de mil demonios”. Vamos a volverlo a escuchar:
Isabel: Uff, qué frío
Jorge: Tampoco es para tanto.
Isabel: ¿Cómo que no? Estamos a 2 grados bajo cero. Hace un frío de mil demonios.
En España utilizamos mucho este tipo de expresiones para referirnos al tiempo. Ya vimos algunas de ellas en el episodio número 52 titulado “Expresiones sobre el tiempo”. En él también podéis encontrar diversas formas de decir que hace mucho frío o mucho calor.
“Hace un frío de mil demonios” no está incluida en dicho episodio. El hecho de que la hayamos utilizado en este diálogo, es porque el otro día se la escuchamos a un amigo con el que estuvimos charlando y nos pareció muy interesante explicárosla.
Cuando decimos que hace un frío de mil demonios o que hace un frío de demonios, lo que queremos indicar, lógicamente, es que hace mucho, mucho frío. Pero, ¿por qué añadimos el complemento “de mil demonios” a la frase “Hace frío”?
Cuando escuchamos la palabra demonio, lo relacionamos con el mal, es decir con cosas, situaciones o incluso personas desagradables. En general con algo con lo que no nos sentimos a gusto. Por eso, cuando alguien comenta que “hace un frío de mil demonios” quiere decir que hace tantísimo frío que llega a ser malo. El numeral “mil” al que acompaña el nombre “demonios” simplemente se utiliza para añadir más intensidad o realzar el significado.
Por eso, no solo podréis escuchar el complemento “mil demonios” en “hace un frío de mil demonios”. Es posible que si venís a España a pasar una temporada o véis películas en español os encontréis con frases como:
- Hace un calor de mil demonios. En este caso la temperatura es tan alta que el calor es insoportable.
- He tenido un día de mil demonios. Se utiliza cuando hemos tenido un día en el que nos han ocurrido muchas cosas malas.
- Este hombre tiene un humor de mil demonios. Cuando nos referimos a una persona con muy mal carácter y antipática.
- Hay un ruido de mil demonios. Indicando que hay tanto ruido que nos llega a resultar muy molesto. Por ejemplo, hoy es posible que estéis escuchando a nuestros vecinos porque están correteando, gritando y dando botes por toda la casa :) Así que si escucháis algún ruido de fondo, es normal, no hemos podido eliminarlo del todo.
- Etc.
Se puede utilizar en multitud de situaciones que no nos resultan agradables. A veces no solo lo utilizamos para referirnos a personas completamente desagradables para nosotros. Por ejemplo, cuando un niño pequeño se porta mal o un ser querido nos hace una broma, también solemos decir, de forma cariñosa, que es un demonio.
Ahora, vamos a conjugar la expresión en distintas formas verbales en cada uno de los tiempos verbales del modo indicativo en el siguiente orden: Presente, Pretérito imperfecto, Pretérito Perfecto, Futuro y Condicional. Empezamos.
Primero en presente de indicativo:
- Hace un tiempo de mil demonios…
Ahora en pretérito imperfecto:
- Hacía un tiempo de mil demonios…
Ahora en pretérito perfecto:
- Hizo un tiempo de mil demonios…
Ahora en futuro:
- Hará un tiempo de mil demonios…
Por último, el condicional:
- Habría un tiempo de mil demonios…
Esto es todo por hoy. Esperamos que estéis disfrutando de un tiempo mejor del que tenemos ahora mismo en nuestra ciudad. Nos vemos en el próximo episodio. Hasta luego.
Hasta pronto.